Los miembros de la Txaranga Igandea de Barañáin se disponen a conmemorar sus 20 años de andadura.
Aquellos chavales musicalmente inquietos de 12 años han llegado lejos. Atrás quedan ya los primeros ensayos con apenas un puñado de sencillas partituras y la ayuda de profesores, las actuaciones iniciales animando las calles de su Barañáin natal, las primeras salidas a pueblos en fiestas en los coches de los padres o a dedo, los esfuerzos de empezar a escribir arreglos de partituras, los desvelos por lograr contratos importantes... Hoy han cumplido ya 32 años y, si bien no todos siguen remando dentro del ‘barco’, sí una parte de ellos que, con el apoyo de nuevas generaciones, hacen que éste siga navegando. Y a buen ritmo. La Txaranga Igandea de Barañáin, nacida allá por 1994, alcanza los 20 años en activo, y sus componentes, los de hoy y los de ayer, se disponen a celebrarlo por todo lo alto.
“Lo haremos, cómo no, con música. Hemos preparado una ronda por Barañáin el 12 de diciembre desde las siete de la tarde, y otra por Pamplona el día 13 desde las doce, en ambos casos saliendo de los ayuntamientos. El 13 tendremos también una comida y una fiesta posterior con amigos y colaboradores”, destaca Raúl Blanco Sánchez, uno de los fundadores de la txaranga aún en activo.
Según rememora, todo partió de una docena de estudiantes del conservatorio (ahora escuela de música) de Barañáin. “Nos empezamos a juntar en junio de 1994 en los sótanos de la parroquia de Santa María, con la Txaranga Mutil Gazteak de Barañáin como principal referencia, y la primera actuación fue en nuestro colegio, Alaitz. Luego ya contactamos con el consistorio para actuar por el pueblo, y nuestra primera salida fuera fue a fiestas de Burguete del 95, en los coches de nuestros padres”.
Poco a poco, las actuaciones se fueron buscando y multiplicando (Liédena, Burlada, Legarda, Andosilla...), y en 1998 dieron un ‘paso de gigante’ al ser la txaranga oficial de la peña La Jarana en Sanfermines (tocaron durante 10 años con la Jarana, el Bullicio y la Rotxapea). “Incluso grabamos un disco y estuvimos 12 años en las fiestas de La Blanca de Vitoria, con la cuadrilla Los Desiguales”, recuerda Jesús Soria Magaña, otro veterano.
PRIMA EL BUEN AMBIENTE
Ya en el año 2000 completaron el verano, tocando casi sin parar desde principios de junio en Miranda de Ebro (Burgos) hasta mediados de octubre en Agurain (Álava). “Éramos estudiantes, teníamos libertad y estábamos contentos porque ya alcanzábamos un buen nivel musical”, coinciden Blanco y Soria. Y añaden: “Siempre hemos primado el ser cuadrilla, el buen ambiente y el buen rollo”.
Hoy, “con mayor número de txarangas en los pueblos y la crisis, el número de actuaciones ha bajado”. “No obstante, tratamos de mantener el ritmo y conservamos contratos importantes (14 años con una tamborrada de San Sebastián, 12 años en Goizueta, 10 en Agurain...). Ha sido clave la renovación progresiva y el vínculo con los veteranos que seguimos por nuestra gran afición por la música”, indican.
Dentro de un repertorio clásico, y de cara a diferenciarse, han apostado por uno que pone el acento en lo rockero, “marcando un estilo propio y personal”. “Por ejemplo, el tema de ‘No hay tregua’ de Barricada lo empezamos a tocar en la plaza de toros en San Fermín. Tenemos temas de Tijuana in Blue, de Miguel Ríos... pero todo arreglos nuestros”, defienden.
Hoy, 20 años después, muchas cosas han cambiado respecto a 1994, pero no sus ganas por seguir “alegrando el mundo”. Y, fieles al nombre en euskera que tomaron en sus orígenes “de forma casual”, los ensayos del domingo (igandea) siguen siendo “sagrados”.
Fuente de la noticia: www.diariodenavarra.es, 11 de diciembre de 2014